La oscura mano de Madero
* Villegas, su actuar lo inculpa
* César Meraz, incompetencia
*Ávila, lastre post quinquenio
Como podía esperarse, Morena reaccionó furiosa por la sentencia del Tribunal Electoral a favor de Armando Cabada y más por sospechas de que tras ella podría estar la oscura y larga mano de Gustavo Madero, operador estrella del Nuevo Amanecer y senador electo por la vía de los perdedores.
Los magistrados Yuri Zapata y Julio César Merino tienen orígenes diferentes, el parentesco de Zapata con Jaime García Chávez es ampliamente conocido y Merino siempre fue alfil del PT, en particular de Lilia Aguilar.
Sin embargo, en ambos recae la coincidencia de ser propuestos por Madero para magistrados del Tribunal. A él deben su cargo actual y como todos saben, llegan momentos en que los favores se pagan.
Para entender su compromiso con Madero y por tanto con el gobierno estatal, baste decir que el propio Javier Corral operó la caída de César Wong, identificado con el PRI, de la presidencia del Tribunal, y entronizó a Yuri Zapata. Aunque Wong es el magistrado ponente en el caso de Juárez, tanto Zapata como Merino fueron los más activos en promover la sentencia revocatoria, aseguran.
Algo muy extraño y poderoso sucedió en los entresijos del Tribunal, aseguran expertos que siguen desde fuera el litigio, para que los magistrados de “perfil” priista, César Wong y Adrián Jáquez, votaran contras. Fue precisamente Jáquez quién presentó un contundente voto particular en el que se pronunció por anular la elección, desautorizando a su compañero de lides, el magistrado ponente.
Si no es la mano de Gustavo Madero, como sospecha Morena, la que está detrás de los magistrados, alguien de peso intervino en esa elección, dado que también se han diluido las sospechas de los cinco millones. De que hubo mano pachona, pocos tienen dudas.
Con independencia del resultado definitivo, en Guadalajara todo puede suceder, el batidero en que está convertida esa elección traerá consecuencias legales que pudieran terminar con la carrera o incluso la libertad de algunos funcionarios.
Y como la hebra se rompe por lo más delgado, hay quienes miran de reojo y risitas de sorna al presidente de la Asamblea Municipal en Juárez, Edgar Villegas, primer responsable del tiradero.
Demostrada está la manipulación de actas de burda manera, y además en una cantidad mínima de 43, encendió luces rojas en los organismos nacionales, dado que los mismos magistrados que votaron la sentencia a favor de Cabada previnieron a la Fepade del batidero.
Trágame tierra, tan bien que iba Villegas en su carrera de burócrata electoral para estar hoy colocado en el banquillo de los acusados a causa de una elección que debió transitar tersa, si hubieran hecho las cosas correctamente. En lugar de eso la complicaron y restaron certidumbre, abriendo la puerta hacia la nulidad.
Tampoco queda salvado César Meraz, presidente del Instituto Estatal Electoral, es el responsable superior y en esa condición debió estar pendiente de lo que sucedía en Juárez. Siendo burócrata de carrera, conoce muy bien sus deberes y el principal es dotar de certeza a las elecciones, en cualquier parte del territorio donde tiene autoridad.
Desde este punto de vista, abogados y tinterillos piensan por igual que si cae Villegas lo más seguro es que Meraz lo acompañe en su dolor ¿Cómo es posible que permita irregularidades propias de la más nefasta era del fraude? Se preguntan.
La falta de personalidad de Meraz ha tensado también la integración del Congreso. Ayer el PAN lo apremió para que defina la asignación de diputados plurinominales, pues las controversias han quedado resueltas en el Tribunal y el IEE sigue sin pronunciarse al respecto.
Su carácter dubitativo e inseguro terminó trasferido al organismo que preside, complicando una elección que debió transitar sin mayores problemas, dado el holgado triunfo de Morena.
En la ciudad de Chihuahua donde el PAN arrolló, por ejemplo, complicaron innecesariamente el único distrito local cuyo resultado quedó apretado, el doce, evidenciando la incompetencia y ausencia de personalidad de la presente camada de funcionarios electorales donde Meraz y Villegas hacen punta.
El conflicto poselectoral en Juárez, la indefinición sobre la integración del Congreso y controversias menores traerán necesariamente consecuencias ¿Quiénes pagarán por ellas? Están apuntados los nombres de los principales responsables, pero en esas van otros, todo depende de la Fepade, si realmente deciden llegar al fondo habrá inhabilitación de funcionarios o incluso cárcel.
Que esta vez sí, el señor Secretario de Salud se dio el tiempo necesario para comparecer ante el Congreso del Estado y explicar la negligencia extrema que sufre el sector a su cargo, desde que llegó el gobierno actual.
Javier Corral todavía no lo sabe, es la parte donde se niegan los empoderados de altos vuelos, pero Ernesto Ávila -consuegro del sexenio para los insidiosos- resultará uno de los mayores lastres cuando entreguen el cargo. Su omisión le será recriminada por propios y extraños y sin sombra de duda será parte de las campañas políticas.
El desempeño de Ávila al frente de la sensible secretaría ha sido a tal punto deficiente y manchado por sospechas de corrupción, que la gente en Ichisal añora el regreso de los duartistas, lo que es mucho decir, considerando que también ofrecieron un pésimo servicio. Y no es broma, lo comentan en voz baja.
¿Por qué sostener a un funcionario tan incompetente como Ávila? Es lo que no pueden explicarse ni los panistas más leales a Corral, como tampoco los funcionarios despistados de su gobierno. No hay razones prácticas que justifiquen su permanencia.
Lo más seguro es que lo sostenga por soberbia o absurda afirmación de poder, para no dar la razón a los críticos de su sexenio, sabiendo que es el más señalado entre los funcionarios de gobierno.
O quizás sea por eso, que lo aguante para tener a alguien a quién los chihuahuenses carguen más la mano que al gobernador, pues ser el principal blanco de las críticas causa enfado en cualquier gobernante. Es necesario tener como escudo al más tarugo.
Hoy es la comparecencia, a ver con qué sandeces sale el señor secretario. Quedan los comentarios para mañana.
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