Creador de efectos especiales en Hollywood, reside en Cd. Delicias

Creador de efectos especiales en Hollywood de películas taquilleras como El Exorcista, Terminator y Volver al Futuro.

Quienes ven a Daniel Pérez Pardo caminar por las calles del sector poniente apoyado en un andador, pueden pensar que es un abuelo viviendo plácidamente en este barrio populoso, pero pocas personas saben que el sexagenario fue durante veinte años el creador de efectos especiales en Hollywood de películas taquilleras como El Exorcista, Terminator y Volver al Futuro, siendo nominado incluso a los Premios de la Academia en distintas ocasiones.

“Yo tenía mi taller propio de esculturas en Hollywood y ya habían visto mi trabajo, y me dijeron si podía hacer un trabajo para ellos. Vieron el resultado y ya de ahí me seguí. Me contrató Steven Spielberg, a comenzar a hacer películas con él; la primer película que hice para Steven Spielberg fue Volver al Futuro, con Michael J. Fox”, relata Pérez Pardo al hablar sobre sus inicios en la industria cinematográfica.

En la icónica cinta de los años 80 participó con la elaboración de las adiciones del carro DeLorean, vehículo en el cual Marty McFly y el “Doc” Emmett Brown viajan a otras épocas del tiempo.

Daniel Pérez define a Spielberg “como un gran productor”, que mantiene ocupados a sus trabajadores, a quienes retribuye con muy buena paga.

Por su primera colaboración en “Volver al Futuro” el cineasta le pagó 80 mil dólares, y tan satisfecho quedó este con su trabajo que lo contrató para los otros dos filmes de la saga.

Sin embargo, su relación con el mundo hollywoodense se remonta a comienzos de la década de 1970, cuando fue llamado para crear una efigie de la actriz Linda Blair en “El Exorcista”.
Pérez Pardo dio movimiento al rostro de la adolescente poseída por el maligno, logró que la cama de la protagonista vibrara y levitara, además de generar el efecto del vaho saliendo de las bocas de los actores, quienes sufrieron largas sesiones de congelamiento en el set.

Asegura haber sido nominado a nueve premios Oscar de la Academia por su labor en distintas películas, entre ellas “Scarface”, “Volver al Futuro”, “Rambo”, “Conan El Bárbaro”, y “Gremlins”, en las categorías de Mejor Diseño y Efectos Especiales.

En el caso de “Terminator”, tuvo la oportunidad de elaborar el robot futurista cuya misión era eliminar a Sarah Connor. Utilizó un tipo de esponja, fibra de vidrio y cables, lo que da facilidad de movimiento a la figura, como si fuera un títere.

Una de las últimas cintas en las que participó fue “Danza con Lobos”, dirigida y protagonizada por el actor Kevin Costner.

Oriundo del pueblo de Nueva Italia, Michoacán, Daniel Pérez Pardo llegó siendo un niño de doce años a la ciudad de Los Ángeles, California, donde su padre era ciudadano.

Sus maestros de escuela descubrieron pronto su talento para la pintura y la escultura, el cual, se ufana, era diferente a los demás por lo que lo alentaron a cultivar estas habilidades.

Descubrir su talento –dice- fue por casualidad, cuando de pequeño vivía en casa de su abuela y no tenía dinero para comprar materiales didácticos que le encargaban en la primaria. Ante esa carencia, él y sus compañeros improvisaban cuando tenían que pintar dibujos, destacando los suyos.

En aquellos años –confiesa- no imaginaba que su trabajo sería cotizado en los estudios cinematográficos de Hollywood, cuyos productores y directores se percataron de la calidad de sus dibujos y obras escultóricas.

Cuestionado si ha sido invitado a trabajar en el cine mexicano, el artista de los efectos especiales responde que el acceso está bastante restringido para quienes no tienen familiares dentro del equipo de producción.

“El cine mexicano es muy bonito, pero cuando tienes allegados”, dice el entrevistado, quien no obstante elogió las últimas producciones hechas en el país. Una de ellas es “Roma”, dirigida por Alfonso Cuarón, la cual, asegura, no le pide nada a ningún productor americano.

“Nosotros podemos estar más arriba que Hollywood, sólo hace falta que los productores le metan más dinero, más acción y menos plática”, finaliza el michoacano.

Fuente: El Heraldo (Saúl Ponce)